
Para empezar este primer Post en esta idea loca que se me ha ocurrido de crear un Blog para compartir mi experiencia como padre primerizo de una hija con diabetes, me gustaría escribir sobre mi primera experiencia tras el debut de mi hija Lucía el pasado mes de Abril.
Pero para ello, voy a ir al origen, a cómo nos dimos cuenta de que mi hija tenía diabetes.
Todo empezó durante un maravilloso viaje a Canarias, a la espectacular isla de Lanzarote. Estuvimos una semana disfrutando del paisaje, las playas, la comida, el hotel, pero hubo algo que nos llamó la atención. Nuestra hija Lucía estaba todo el rato sedienta (bebía agua cada dos por tres y siempre decía que tenía sed) y nos despertaba varias veces por la noche porque tenía ganas de ir al baño.
Mi mujer estaba muy preocupada pues decía que era muy raro (las madres siempre tienen un sexto sentido para todo lo relacionado con sus hijos) y sin embargo yo, le decía siempre que no me parecía nada raro, que beber agua no era malo y que probablemente iba tanto al baño por lo s nervios.
Sin embargo, cuando volvimos a Madrid en abril, tras Semana Santa, mi mujer llevó a Lucía a la pediatra del Centro de Salud, a la que, cuando le contamos los síntomas, rápidamente nos dijo que la lleváramos para hacerle unas pruebas.
Aquí empezaron unas semanas de las más duras que hemos pasado en la familia.
Tras hacerle las pruebas de glucosa en sangre y el análisis de orina en el Centro de Salud nos llegó la noticia bomba. Nuestra hija tenía la medición de azúcar en sangre disparada (450mg/dL) y tenía cuerpos cetónicos en la orina.
Rápidamente nos ingresaron a Lucía en la Maternidad de O’Donnell y empezó el martirio para ella. A la pobre Lucía no le habíamos hecho nunca antes análisis de sangre y le tenía un pánico terrible a las pruebas PCR de COVID por el palito que le metían en la nariz (¡y que todo sea dicho, parece que te sacan la muestra de rascarte el cerebro!). En aquel día, nuestra preciosa Luchi, pasó por todo lo que antes no le habíamos hecho pasar.
Estuvo en Urgencias ingresada durante todo un día donde lloró y lloró tras cada prueba que le iban haciendo. Nosotros, su madre y yo, nos alternábamos para estar con ella, consolarla y animarla todo lo posible. Tras pasar ese día en Urgencias, finalmente la doctora nos confirmó lo que ya teníamos bastante claro, que nuestra hija Lucía tenía diabetes.
Afortunadamente lo habíamos detectado a tiempo y Lucía no había sufrido ninguna complicación, que cuando he empezado a leer posteriormente, he comprobado que se podían haber alcanzado: desmayos, pérdida de consciencia, dolores, mareos, etc. Este punto es muy importante para los padres. Si se producen los síntomas habituales que he mencionado y que son fácilmente detectables en un niño: bebe mucha agua, va al baño muchas veces, ha perdido peso últimamente o incluso si tiene cambios de humor repentinos (se enfada mucho o se queda amodorrada) siempre es conveniente llevar a vuestros hijos al pediatra para que puedan medirle el contenido de glucosa en sangre y comprobar que no tienen cuerpos cetónicos en la orina.
La Cetosis Diabética se produce cuando el cuerpo empieza a quemar grasas pues al no tener insulina suficiente al dejar de producirla el páncreas, necesita energía para seguir funcionando y por eso se comienzan a movilizar las reservas de energía que tiene nuestro cuerpo, la grasa almacenada. Esto produce los síntomas que mencionaba antes (mucha sed y muchas ganas de ir al baño), así como pérdidas de peso (al quemar las grasas). Os dejo aquí un link sobre este tema donde viene explicado en detalle: link
A partir de este punto comenzó nuestra aventura en el Hospital, en la Maternidad de O’Donnell.
Si queréis saber cómo continuó esta historia, os espero en mi próximo post.
Una respuesta a “El Origen”
Vaya!!! Mi Luchi también tuvo los mismos síntomas, y por suerte al ser yo hija de dt1 me he criado con la díabetes y enseguida me imaginé que era, con 22 meses le han detectado la Dt1 y desde entonces (octubre de 2021) estamos luchando con esta enfermedad, conociéndola, marcándole límites y aprendiendo mucho cada día. Espero que vosotros lo llevéis bien también, porque es duro, muy duro
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